"Maldigo la poesía concebida como un lujo cultural por los neutrales que, lavándose las manos, se desentienden y evaden.
Maldigo la poesía de quien no toma partido hasta mancharse."

Gabriel Celaya

dijous, 17 de juliol del 2008

El conflicto mapuche visto desde dentro. Entrevista a un integrante del CAI

Durante el tiempo que pudimos compartir con la Comunidad Mapuche Quintupuray y todas las individualidades y colectivos que apoyaban a ésta en el marco de la recuperación de su territorio ancestral, entrevistamos a Chacho Liempe, integrante del Consejo Asesor Indígena (CAI).

Éste nos cuenta las consecuencias de la guerra llamada “La Conquista del Desierto” de 1879, momento en el que el pueblo mapuche pierde la autonomía que había conseguido manterner al expulsar a los colonizadores españoles. Chacho habla también, y sobretodo, de cómo se originó la primera organización en defensa de los intereses mapuche en Puelmapu (Argentina) después del fin de la dictadura militar. Finalmente nos habla de cúal es su visión sobre el futuro del pueblo mapuche.


El fin de la guerra y sus consecuencias

El 1879 se inició lo que se conocería como “La Conquista del Desierto”, guerra de exterminio en la que el Estado argentino sometió al pueblo mapuche que había permanecido libre hasta ese momento. Las batallas se libraron hasta 1885 más o menos, hasta que las tropas del general Roca pudieron acabar con los levantamientos.

Chacho destaca una de las causas por la que el pueblo mapuche fue sometido a esa guerra de exterminio:

“Ellos empezaron a utilizar armas de repetición y otros elementos avanzados. La diferencia que en esos momentos había de la alta tecnología, de armas que utilizaban, como fusiles, es una terrible diferencia comparado con las flechas la lanza y la utilización del caballo.”

Cuando le preguntamos cómo se desarrolló la guerra y la materialización de la misma, nos cuenta…

“Se apropian del territorio, se busca completar el exterminio, se buscan los lonko, los jefes y otras personas importantes en la cultura nuestra que son las machi. El Estado, en eso participó como en todos lados, en combinación con el ejército y la iglesia católica. Acusaban a las machi de brujas y las mataban. Igual hicieron con los ancianos que tenían todo el conocimiento de nuestra cultura – que es oral."

Y da cuenta de la importancia que tubo el obligado asentamiento de las comunidades que hasta entonces eran nómadas:

“Nuestro pueblo era nómada, se andaba todo el territorio y de ahí que no exista el sentido de propiedad privada. Nosotros tenemos un concepto completamente distinto al pensamiento del capitalismo y de occidente. Nosotros pertenecemos al territorio. Ninguno de nosotros no es dueño de tal pedazo de tierra.

“El Estado buscó e impuso el asentamiento; se apropió de nuestro territorio dando un reconocimiento precario de ocupación y de esta manera se arrogó la propiedad [...] instalaron puestos de comercio donde les vendían la mercadería a cambio de la lana, de los cueros, ... así que rápidamente fueron haciéndose ricos con la protección del Estado, de los jueces, comisarios,… Todos estaban para proteger a estas personas. La gente nuestra no podía ni hablar, se prohibió la lengua y se exigía hablar el español, el castellano.

“Yo de muy chico, a los 9 o 10 años, vi cuando le sacaban el campo a mi abuelo embargándole por una tranza comercial, o sea “me debes tanto por la mercadería que le vendí así que si no tiene para pagarme me tiene que entregar el campo o tantos animales”. Esto era natural, después venía la policía, los desalojaban, tiraba la casa abajo y armaba alambrado. No tenían protección. Yo en esa edad vi eso y sufría mucho, porque entendía pero no sabía como hacer para aportar.”


A partir de aquí, el Estado promueve un proceso de discriminación que hasta el día de hoy perdura:

“Pasó mucho tiempo de silencio, y todo eso sufrieron nuestros mayores y muchos de nosotros. Yo tengo ya casi 60 años, así que nos tocó vivir la discriminación, que todavía existe, discriminación guardada en silencio.

“Yo hasta los 18 años no sonreía, ahora no sonrío mucho tampoco pero... (risas) No se si era odio, pero era... puedo decir rechazo al rechazo. Todo el rechazo que me producían les respondía también con rechazo. Yo he buscado sentimiento de odio en mi corazón y nunca lo encontré y no lo encuentro, no puedo incorporarlo, no se... algunos piensan que a veces hace falta, tal vez en algunos momentos sí pero a mi en este momento no. Mi pelea es de pensamiento, de sentimiento, todo el sentimiento que tengo y tenemos en la vida, nada más que esto."

Pero poco a poco, parte de esa generación fue adquiriendo conocimientos y empezaron a comprender el funcionamiento de los engranajes del sistema que los oprimía. Aunque algunas organizaciones mapuche hoy en día no lo vean así, Chacho identifica claramente el enemigo:

“El Estado argentino, más allá que se les pongan los pelos de punta a varios, sigue siendo nuestro enemigo. Estamos prisioneros del Estado Argentino y del Estado Chileno. El Estado, los gobiernos, son las instituciones que legislan y protegen y generan condiciones en beneficio del capital. Y eso lo sabemos por experiencia, lo entendimos después con más elementos teóricos, pero primero lo vimos por experiencia.”

El Consejo Asesor Indígena como herramienta de lucha

Chacho forma parte del CAI desde sus inicios. Nos cuenta acerca del contexto sociopolítico que se vivía una vez terminada la dictadura militar:

“Pasa el tiempo y con los años termina el procesos militar acá en el país, y en Latinoamérica fundamentalmente hay un crecimiento de la lucha, se recomponen los pueblos originarios y las luchas campesinas crecen. Estas luchas hicieron que los gobiernos se vieran obligados a legislar. Nosotros seguimos entendiendo que no es por beneficio hacia nosotros, sino que se exige una legislación más que nada para tranquilizarnos, para decir que tenemos derechos; entonces nos enganchan peleando por nuestros derechos dentro de sus leyes y así frenan las movilizaciones.

“En el caso de la provincia de Río Negro, en el 1985, convocaron a un grupo de gente mapuche para justificar que había participación mapuche en la ley indígena que querían hacer. Pero hay que entender que la mayoría de gente nuestra no sabe leer ni escribir. Las leyes siempre estuvieron en contra nuestra, entonces, el Estado siempre estuvo y está en contra nuestra. [...]Cuando llaman para hacer esa ley aparecimos a esa convocatoria más de 200 personas del pueblo mapuche. Y nos juntamos ahí. Y por primera vez, después de la guerra hacemos un encuentro en esta parte de la región. Por primera vez volvíamos a tener el Estado argentino enfrente.”


Pero lo que en un principio nació como un órgano del gobierno fue apropiado por los y las mapuche que acudieron a la convocatoria, naciendo así la primera organización mapuche en Puelmapu (al este de la cordillera, Argentina) desde el fin de la guerra, no sin dificultades:

“se trabajó siempre para desvalorizarnos, decirnos que no tenemos capacidad. Y nosotros teníamos que, no solamente mostrarles a ellos nuestra propia capacidad, sino nosotros mismos mostrarnos que tenemos capacidad como cualquier otro."

Y se pusieron a pelear:

“Empezamos la pelea punto por punto a los legisladores. Tuvimos que hacer dos movilizaciones para que la aceptaran (la ley indígena) como nosotros decíamos. [...] Hay confusión, nos dicen institución .pero no somos nada, somos una organización de base con una estructura que casi no existe, funcionamos con nuestra forma de funcionar antiguamente, siempre en tragün, en asamblea y de ahí surge la organización. El hecho de decidir las cosas en asamblea para nosotros no es ningún esfuerzo. Así que estoy hablando de tragün de 200 o 300 personas: mujeres, ancianos, chicos, todos pueden participar de un tragün, cada uno con su tarea.”

Cuando le preguntamos por los objetivos que persigue el CAI, Chacho nos cuenta:

“Primeramente la lucha era para la defensa de nuestros derechos en todos los sentidos, de cualquier situación de injusticia que se producía. De un principio también des del CAI levantamos nuestra condición de Mapuche por forma de pensar propia. Estamos para pelear por cualquier situación de injusticia, si hay una situación de injusticia salimos, ni lo discutimos. [...]Tenemos una fuerte relación con un montón de gente que no son Mapuche, que sienten una pertenencia a esta misma forma de pelea. Peleamos entonces por la defensa de las tierras.

“Buscamos la relación con otras organizaciones, no somos una organización establecida que busca sostenerse. Que decida el pueblo. Si esto alguna vez no sirve al pueblo, que es lo que buscamos como objetivo central, no tenemos ningún problema en que desaparezca. Nos fundiremos en otra cosa, pero seguiremos luchando en cualquier otro espacio.”

Aun así, Chacho comprende el conflicto mapuche como parte de un sistema de dominación a nivel mundial al que hay que combatir: el imperialismo de EUA a través de políticas como el ALCA o el IIRSA y el asfixiante sistema capitalista.

Con el tiempo el CAI empieza a ganar protagonismo hasta que, a pesar de no estar legalmente constituido, llega a ser un actor reconocido social y políticamente. Sin embargo no se venden ni renuncian a los principios que vieron nacer a esta organización autogestionada.

“Discutimos de igual a igual sin bajarle la cabeza a ningún funcionario. Eso lo tuvimos claro des del primer momento. Los llevamos a que actúen como les decimos nosotros, no cómo ellos. Si los funcionarios quieren hablar con nosotros que vengan a un tragün, sea un Director de Tierras, sea un intendente, sea un diputado, sea un gobernador. Si alguien por cuestiones prácticas tiene que ir a hablar con un funcionario vamos de 3 o 4. No aceptamos el individualismo, no aceptamos los dirigentes que cortan solos. O sea que cada uno cumple una tarea pero siempre de forma colectiva. Hay responsables de las distintas tareas pero la lucha es colectiva. La lucha es de todos.”

Con firmeza, convencimiento y los objetivos claros es como poco a poco van ganando pequeñas batallas, tanto a lo que se refiere a la recuperación del territorio ancestral, la cultura y el autoreconocimiento como pueblo mapuche.

“Cuando nosotros empezamos muy poca gente se identificaba como Mapuche y nosotros lo entendemos porque todo lo que el Estado, todo lo que el sistema había instalado en el caso de los pueblos originarios – indios, vagos, borrachos, asesinos - , todo lo peor, era sinónimo de indígena [...] Después crece la consciencia de ser mapuche y se recupera mucho más de lo que es la cultura nuestra. Otras cosas que empezamos a recuperar fueron los nombres propios, valorar nuestro apellido y empezar a tener nombre propio (en Mapuzugun). El caso de mi hija es Pilmaiken, nombre mapuche y apellido mapuche. Y fue una pelea porque exigían un nombre mapuche y un nombre español. Y nosotros decimos que no. Así que en eso también hay muchos puntos de avance.

“Nos sorprende el crecimiento que ha tenido (el pueblo mapuche) en 20 años, muy poco tiempo. En 20 años nos hemos instalado en el mundo, casi casi. En el país, hoy cualquiera puede hablar con algún conocimiento del pueblo mapuche. Gente que desconoció su identidad por mucho tiempo, de poquito va recuperando esa identidad.”

Cuando le pedimos que nos contara alguna experiencia vivida que a nivel personal, o a nivel de CAI, hubiese sido significativa, nos cuenta:

“Una lucha grande hace veinte y tantos años atrás fue cuando se quiso llenar la represa de Piedra del Águila dejando inundada toda una comunidad. Ahí, llevamos la primera pelea así, ya como organización, donde empezamos a hacer valer nuestros derechos. Así el Estado se vio obligado a expropiar una estancia, un campo de 60000 hectáreas, para entregársela a la comunidad a la que pertenecía.”

Si en un principio, el CAI se centraba en la defensa del territorio mapuche reconocido por el Estado, con el tiempo avocan más esfuerzos en la recuperación de las tierras usurpadas.

Nosotros hicimos por muchos años una lucha de reclamo, pero el gobierno, el Estado se protege y protege sus intereses no dando respuesta o diciendo que la van a dar y después no la dan. Así que nos cansamos. A partir del 1997 en un tragün se decidió no solamente resistir así, defendiendo nuestro territorio, sino que hay que empezar a avanzar. En ese avance, que es a lo que lo llamamos recuperación, llevamos alrededor de 160.000 hectáreas recuperadas. [...] Dentro de eso se dieron un montón de experiencias y todas son distintas.”

Hacia donde vamos…

Finalmente, le preguntamos a Chacho si ve el futuro del pueblo mapuche como el de un pueblo libre.

“Que si es posible o no es posible, eso nosotros nunca nos lo vamos a pensar. Pero lo que es seguro es que nadie, nadie tiene autoridad para negar nuestro sueño. Y eso es lo que vemos de nuestro pueblo. Pero también vemos la realidad, el avance del mundo, el avance del capitalismo, de las grandes empresas sobre nuestro territorio, sobre nuestras vidas. Entonces, estamos en un choque ahí, las empresas vienen por los recursos, y sobre esos recursos estamos nosotros. Es nuestro territorio. Así que somos los primeros que chocamos ahí. Por eso buscamos siempre que el resto de la sociedad comprenda nuestra situación porqué también a ellos les afecta.

“Nuestra lucha es solamente por la vida, nada mas que por la vida, por el derecho que tenemos a la vida. Que va a pasar en adelante lo va a decir el tiempo. Nosotros lo único que hacemos es tratar siempre de seguir hiendo hacía lo que somos. Nada más. Todos peleamos por el momento en función de nuestro pueblo. En la lucha del pueblo mapuche no existen altos puestos, existen lugares de lucha nada más. Así que en eso estamos.”